Con el apoyo del Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF) y el Fondo Patrimonio Natural, la Fundación Impulso Verde Kuaspue lidera una iniciativa que integra la restauración ecológica de un sector de los bosques de los Farallones de Cali y la conservación, a largo plazo, del águila real de montaña (Spizaetus isidori).

En el corazón del Hotspot Andes Tropicales, uno de los lugares más biodiversos del planeta, se eleva el majestuoso vuelo del águila real de montaña (Spizaetus isidori), una especie catalogada como En Peligro (EN) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta ave habita en los bosques andinos, desde Venezuela hasta Argentina, y en Colombia se encuentra en varias regiones, incluida el Área Clave de Biodiversidad (KBA) Farallones de Cali, donde necesita amplias extensiones de bosque para sobrevivir.
Sin embargo, su futuro está amenazado por la pérdida de hábitat y la caza ilegal, factores por los cuales, la Fundación Impulso Verde Kuaspue, con el apoyo del Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF) y el Fondo Patrimonio Natural, lidera el proyecto ‘Restauración comunitaria de bosques para reducir la deforestación en los Farallones de Cali’.
Esta iniciativa promueve la conservación de la Spizaetus Isidori, impulsa su monitoreo, restauración del paisaje, la adopción de prácticas productivas sostenibles y la implementación de un plan piloto para el control de una especie vegetal invasora, como es el helecho marranero, que altera la dinámica natural del ecosistema al obstaculizar el crecimiento de especies nativas.
Un territorio clave para la vida
Una de las primeras actividades del proyecto fue la implementación de un plan de monitoreo que trae buenas noticias: el avistamiento de un juvenil en la cuenca alta del río Cali.
Las jornadas de observación se realizaron durante tres días seguidos, en puntos estratégicos, con visión de 360° sobre la cuenca y se identificaron individuos a distancias de 600 metros a 2 kilometros, distinguiendo juveniles y adultos por su plumaje, lo que confirmó poblaciones diversas. También se registró una pareja reproductiva, un hallazgo esperanzador, junto con comportamientos de caza y defensa territorial, información clave para su conservación.
“¡Fue emocionante! En el primer monitoreo logramos mapear rutas de vuelo y sitios de percha gracias a la información recogida en las jornadas de socialización y a la articulación con autoridades ambientales”, cuenta Laura Rubio, bióloga y coordinadora del proyecto en la Fundación Impulso Verde.
Este esfuerzo ha tejido una red de alianzas en la que participan Parques Nacionales Naturales, Asociación Calidris, DAGMA y la Fundación Humy, que aportó un ornitólogo para validar los registros. Una labor que combina ciencia, articulación institucional y saber local en favor de la vida silvestre.

Mujeres, abejas y futuro
El proyecto también tiene rostro de mujer. A través de seis talleres de meliponicultura, se han abierto nuevas oportunidades para fortalecer el liderazgo femenino en la conservación. Hoy, son ellas quienes tejen una red en defensa de los polinizadores del territorio. Aprender sobre la ecología de las abejas nativas sin aguijón y el manejo responsable de colmenas no solo favorece la polinización del bosque, sino que genera una alternativa económica sostenible.
“A mí me encantan las abejas meliponas porque son nativas del territorio y son las polinizadoras de nuestras plantas locales. Están en peligro porque cada día desaparecen las plantas que ellas visitan. Viven en los grandes árboles nativos y cuando la gente tala, prácticamente acaba con ellas”, manifestó con entusiasmo Margarita Acosta, promotora socioambiental y apicultora de Impulso Verde.
Andrea Camacho, habitante de Pueblo Nuevo del corregimiento de Pichindé, mencionó: “Nosotros tenemos un emprendimiento: distribuimos follajes. Sembramos variedad de plantas y, al mismo tiempo, conservamos con las abejas, protegiéndolas y cuidándolas. La invitación es a que nos concienticemos del lugar donde estamos, porque esto es un paraíso”.
También es importante destacar que se ejecutaron, tres talleres de agroecología —uno por vereda—, los cuales han brindado herramientas para cuidar el suelo, prevenir plagas sin químicos y producir alimentos sanos. Es una agricultura que regenera en lugar de destruir. “Desde que empezamos el proyecto de huerta con Impulso Verde, cosechamos y comemos todo orgánico, y hacemos trueques con los vecinos. También hemos convencido a la vecina de entrar en el proyecto”, indicó Oscar Rivera, beneficiario en Peñas Blancas.
Acompañando los ejercicios de fortalecimiento comunitario, se han realizado dos brigadas de información sobre los alcances del proyecto, la caracterización de los beneficiarios y el plan de capacitaciones, lo que ha permitido vincular a 15 personas en los talleres de agroecología y meliponicultura donde el 60% son mujeres; y sensibilizado en temas de conservación con énfasis en el águila a 25 personas de las veredas de Pueblo Nuevo, Quebrada Honda y Peñas Blancas.

Plan piloto: ciencia aplicada al territorio para recuperar el bosque andino
En los Farallones de Cali, el helecho marranero (Pteridium aquilinum) se ha convertido en un obstáculo para la regeneración natural del bosque. Su rápido crecimiento dificulta el desarrollo de árboles nativos al cubrirlos e impedirles el acceso a la luz. Con el objetivo de diseñar un plan de restauración acorde con esta problemática, la Fundación Impulso Verde Kuaspue implementó un plan piloto que combina ciencia y saberes locales.
Este cuenta con la participación activa de líderes comunitarios implementado en parcelas de 5 × 5 metros en Peñas Blancas y Pueblo Nuevo, evalúa dos factores principales: la frecuencia de corte del helecho y la aplicación de cal para reducir la acidez del suelo. Hasta el mes de octubre se medirán indicadores como la cobertura del helecho, la biomasa y el porcentaje de regeneración natural, para determinar las técnicas más efectivas.
Como parte del proceso, se realizará la resiembra de 720 árboles nativos en predios beneficiarios de 2023, asegurando la continuidad del bioma.
El Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF) es una iniciativa conjunta de la Agencia Francesa de Desarrollo, Conservación Internacional, la Unión Europea, la Fundación Hans Wilsdorf, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Gobierno de Canadá, el Gobierno de Japón y el Banco Mundial. En los Andes Tropicales, el programa es financiado por el Gobierno de Canadá a través de Asuntos Globales Canadá, con el propósito de fortalecer la sociedad civil en la conservación de la diversidad biológica.
Redacción: Vanesa Suárez, líder de comunicaciones Fundación Impulso Verde Kuaspue
Fotografías (Créditos): Vanesa Suárez, Laura Rubio, Viviane Diep, Santiago Trujillo de la Fundación Impulso Verde / Giovanny Salas, funcionario del DAGMA
Revisó y aprobó: Equipo RIT-Colombia
Referencias
Rivas-Fuenzalida, T., J. M. Grande, S. Kohn, F. H. Vargas, and S. Zuluaga Castañeda (2024). Black-and-chestnut Eagle (Spizaetus isidori), version 3.0. In Birds of the World (S. M. Billerman, Editor). Cornell Lab of Ornithology, Ithaca, NY, USA. https://doi.org/10.2173/bow.baceag2.03