La Corporación Serraniagua desde el colectivo Red de Mujeres Campesinas de la Serranía ha impulsado espacios pedagógicos donde se habla de la relación del ciclo menstrual de la mujer con el cuidado de la Pachamama, y bioemprendimientos basados en plantas aromáticas.

El respaldo del Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF) y su Equipo Regional de Implementación (RIT), liderado en Colombia por el Fondo Patrimonio Natural, ha sido importante para impulsar proyectos que fortalecen el liderazgo de las mujeres en la conservación de la biodiversidad.
En este marco, sobresale la labor de la Corporación Serraniagua en la Serranía de los Paraguas —que abarca municipios del Chocó y el Valle del Cauca— desde el colectivo Red de Mujeres Campesinas de la Serranía, quienes, a través del programa ‘Mi cuerpo, mi territorio’, han promovido juntanzas y espacios de intercambio que fortalecen el vínculo entre la salud de las mujeres y la conservación ambiental.
Este enfoque reconoce la relación intrínseca entre el bienestar personal y la sostenibilidad planetaria, un significado que trasciende la esfera individual para tejer una conexión profunda -y a menudo ignorada- con la conservación ambiental. Para las mujeres, la salud del planeta no es una cuestión distante, sino un reflejo directo del propio bienestar físico, mental y reproductivo. Entender esta relación es fundamental para abordar de manera integral los desafíos que enfrentan.
La industrialización desmedida, los agrotóxicos, los metales pesados, los microplásticos y los patrones de consumo actuales han inundado el entorno con contaminantes que no solo degradan los ecosistemas, sino que también se infiltran en el cuerpo femenino, particularmente vulnerable a esta exposición, debido a factores biológicos y sociales.
La pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la pérdida de conocimientos ancestrales sobre plantas medicinales y prácticas sostenibles, a menudo transmitidos por mujeres, debilita la resiliencia comunitaria y la capacidad de autogestión de la salud.
La cosmovisión de la Pachamama, que resuena con el concepto de ‘Mi cuerpo, Mi territorio’, invita a entender que el cuidado del medio ambiente no es una opción, sino una necesidad intrínseca para la propia supervivencia y florecimiento.
Armonizando el cuerpo femenino con la madre naturaleza

Conscientes de esta conexión, la Red de Mujeres ha impulsado espacios pedagógicos con un kit de gestión menstrual y una biblioteca femenina con el objetivo de fomentar prácticas responsables y reducir impactos ambientales.
También participan activamente en ferias y encuentros del Área Clave para la Biodiversidad (KBA) Serranía de los Paraguas, promoviendo el autocuidado y el conocimiento sobre el ciclo menstrual, la menopausia y la maternidad.
Asímismo, acompaña el fortalecimiento de bioemprendimientos basados en plantas aromáticas, impulsa la elaboración de infusiones, pomadas, desodorantes y otros productos naturales, en un proceso que va desde la huerta hasta la transformación. Estas iniciativas promueven una cultura de respeto por el medio ambiente, dinamizan la economía local y consolidan los emprendimientos de los nodos rurales femeninos en distintas veredas de la Serranía.
Así mismo, se resalta el proceso ‘Mi huerta, Mi botiquín: cultivando bienestar desde el hogar’, un espacio donde las huertas de las familias campesinas florecen como despensas vivas, nutriendo cuerpos y sueños con la magia de las plantas medicinales, sembrando bienestar y cosechando oportunidades desde la agroecología y la salud de los suelos.
Finalmente, desde las diferentes actividades que lidera el colectivo, se promueve la soberanía alimentaria, priorizando la producción local, sostenible y culturalmente apropiada, eligiendo alimentos que no solo nutren el cuerpo, sino que también respetan el medio ambiente y las tradiciones locales, pues la comida sana es el pilar fundamental de una buena salud.
‘Mi cuerpo, mi territorio’ es una apuesta por comprender que el destino del cuerpo y de la Tierra están entrelazados. Cuidar uno es cuidar el otro. Sanar uno es sanar el otro. Es un ciclo virtuoso que llama a la acción, a asumir con responsabilidad la construcción de un futuro donde la vida, en todas sus formas, prospere.
Acerca del CEPF
El Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos es una iniciativa conjunta de La Agencia francesa de Desarrollo, la Conservación Internacional, la Unión Europea, la Fundación Hans Wilsdorf, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Gobierno de Japón y el Banco Mundial. El programa del CEPF en los Andes Tropicales está financiado por el Gobierno de Canadá a través de Asuntos Globales Canadá. La meta fundamental es asegurar que la sociedad civil se dedique a conservar la diversidad biológica”.
Redactado por: María Antonia Franco – Corporación Serraniagua