Este año, Corfopal ha logrado sentar un precedente, un paso firme hacia la conservación de especies amenazadas y el empoderamiento comunitario en uno de los ecosistemas más frágiles y singulares de Colombia, el enclave seco del río Dagua, una reconocida Área Clave para la Biodiversidad (KBA, por sus siglas en inglés), en el hotspot Andes Tropicales, el más biodiverso del planeta.

Gracias al proyecto ‘Reducción de amenazas en el enclave seco del río Dagua’, desarrollado con la financiación del Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos (CEPF, por sus siglas en inglés), se ha tejido una red de ciencia, compromiso local y acción ambiental que hoy se traduce en un hito histórico para la región.
El cactus cardo: símbolo de resistencia y esperanza
Por primera vez se cuenta con información detallada sobre la dinámica poblacional del cactus cardo (Stenocereus humilis), una especie En Peligro (EN) según la Lista Roja de la UICN. Además, es una especie emblemática y detonadora del KBA.
El exhaustivo censo poblacional no solo permitió identificar y caracterizar más de 1.041 cactus en su hábitat natural, sino también diseñar técnicas de propagación —tanto sexual, mediante semillas, como asexual, a través de esquejes— que ya están siendo aplicadas. Paralelamente, se implementó un protocolo de monitoreo adaptado a las particularidades ecológicas de la especie, con 25 parcelas permanentes e individuos bajo observación continua.
A través de este monitoreo, que registra 21 variables sobre supervivencia, crecimiento, fecundidad y salud general, se ha establecido el fundamento científico para la protección efectiva del cactus y de todo el ecosistema al que pertenece. El conocimiento generado se ha consolidado en una base de datos robusta y en el primer Plan de Acción específico para la conservación de la especie.
Así mismo, entendiendo que la protección de una especie comienza en el corazón de las comunidades, el proyecto también incluyó una campaña educativa dirigida a instituciones locales, que impactó directamente a 120 niños y jóvenes del enclave seco.
Para muchos de ellos, el cactus cardo pasaba desapercibido. Hoy, sus mentes y corazones conectan con el cactus, su ecosistema y el papel de la infancia y juventud en la protección del ambiente, gracias a la obra de títeres ‘Cardencio Espineto y sus amigos del bosque seco’ y a las actividades lúdicas: una apuesta que une arte y conservación e inspira a una nueva generación de defensores ambientales.

El bosque seco que merece ser protegido
Por su apariencia árida, el enclave seco del río Dagua ni siquiera es reconocido como un bosque por muchas personas, pero al explorarlo se revela un tesoro biológico donde conviven 181 especies de aves, 18 de anfibios, 14 de reptiles, 37 de mamíferos y al menos 89 especies de flora, todas con una increíble capacidad de adaptación a las duras condiciones del ecosistema. Preservar el cactus cardo es proteger la base de esta red de vida y generar un efecto cascada que beneficia a todas las especies.
Con esta visión integral, Corfopal de la mano de propietarios de predios, ha liderado la protección de 195 hectáreas en el KBA bajo la figura de Reservas Naturales de la Sociedad Civil, una categoría de área protegida de carácter privado, que abarca desde matorrales subxerofíticos, hábitat esencial del cactus, hasta bosques montañosos que brindan refugio a especies en riesgo. Este resultado refleja la voluntad de los habitantes del territorio de sumar en esta gran apuesta de conservación del bosque seco tropical.
La conservación del enclave también la hacen las mujeres

El propósito del proyecto va más allá de lo ecológico: abre un espacio de encuentro y aprendizaje para 24 mujeres del Distrito Regional de Manejo Integrado Enclave Subxerofítico de Atuncela (DRMIES), un área protegida destinada a conservar ecosistema único en medio del Chocó Biogeográfico y promover el uso sostenible de sus recursos naturales.
Estas mujeres han participado con compromiso en un proceso de formación en producción sostenible y emprendimientos con enfoque agroecológico, orientado a transformar recursos locales —como el fruto del cactus, los cítricos, las plantas medicinales y la vainilla— en productos con valor agregado y sello de conservación.
De este proceso surge el colectivo ‘Mujeres de Raíz’, una iniciativa que conjuga identidad, empoderamiento femenino, economía local y conservación. Hoy, estas mujeres han encontrado un camino que las lleva hacia el reconocimiento de sus capacidades, la germinación de oportunidades de negocio sostenibles y el desarrollo de su liderazgo, avanzando hacia la autonomía financiera sin poner en riesgo los recursos naturales de su entorno.
Corfopal, con el respaldo de CEPF, liderado en Colombia por el Fondo Patrimonio Natural, y con la participación de la comunidad, demuestra que la conservación no es un esfuerzo aislado, sino un proceso colectivo y transformador. La protección del enclave seco del río Dagua es también la historia de un territorio que reafirma su compromiso con la vida, el conocimiento y el futuro.
Alianzas que inspiran
Carolina Benavides, representante del Comité de Comanejo y habitante de Atuncela
“Como mujer del territorio y parte del Comité de Comaneio, valoro profundamente el trabajo que Corfopal está llevando a cabo en nuestra zona. Su conocimiento técnico y el acompañamiento constante en campo han fortalecido nuestra participación en procesos de conservación y sostenibilidad. Además, reconozco el componente social y humano que le imprimen a cada actividad, desde los talleres hasta los monitoreos y censos poblacionales que adelantan en la región. Esa cercanía ha sido clave para que como comunidad nos sintamos parte activa del cuidado del territorio.”
Anyelo Benites, representante del Comité de Comanejo y habitante de Atuncela
“Antes, el bosque del enclave subxerofítico se percibía como una amenaza por sus características espinosas, pero con su declaración como área protegida y al conocerse su gran riqueza en biodiversidad, nuestra perspectiva cambió. La figura del DRMI ha sido clave para cuidar y conservar el territorio, y también para implementar actividades productivas con un enfoque de desarrollo sostenible. He aprendido que las cactáceas tienen un gran valor territorial, ya que almacenan agua y resisten el clima extremo. Lo más significativo para mí ha sido cambiar la forma en que veía estas plantas: antes las rechazábamos, pero gracias al trabajo conjunto con Corforpal, el CEPF y la comunidad, ahora reconocemos su verdadero valor ecológico y cultural”.
Diana Vergara, bióloga de Corfopal
“El censo poblacional del Stenocereus humilis representa un avance clave que permitirá, a largo plazo, evaluar si las poblaciones mantienen una dinámica ecológica saludable y, así, asegurar su persistencia en el territorio.”
Acerca del CEPF
El Fondo de Alianzas para los Ecosistemas Críticos es una iniciativa conjunta de la Agencia Francesa de Desarrollo, Conservación Internacional, la Unión Europea, la Fundación Hans Wilsdorf, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Gobierno de Canadá, el Gobierno de Japón y el Banco Mundial. En los Andes Tropicales, el programa es financiado por el Gobierno de Canadá a través de Asuntos Globales Canadá, con el propósito de fortalecer la sociedad civil en la conservación de la diversidad biológica.
Redacción: Laura Fernandez – Corfopal
Fotografía: Corfopal
Revisión: Equipo RIT AT- Colombia