Noticia publicada por Corazón de la Amazonía.
La serranía de La Lindosa abarca más de 28.224 hectáreas próximas a la ciudad de San José del Guaviare, capital del departamento del mismo nombre. En 1987, dicha serranía fue constituida como Reserva Forestal Protectora Nacional La Lindosa – Angosturas II. Transcurrido el año 2018, ocho zonas que cubren un área de 893 hectáreas dentro del municipio de San José del Guaviare fueron declaras Área Arqueológica Protegida de Colombia (AAP) por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). Dichas áreas, a su vez, fueron incluidas, como parte del área de amortiguamiento del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, como Sitio de Patrimonio Mundial ante la Unesco.
La serranía de la Lindosa tiene gran importancia para el patrimonio cultural y natural de la nación y del mundo entero. Dicho territorio ha estado conectado, desde hace milenios, con las serranías de Chiribiquete y la Macarena. Por este motivo, no es extraño que las evidencias arqueológicas muestren complejas interacciones humanas entre diferentes pueblos de la Amazonía, la Orinoquía y el Escudo guayanés que se han prolongado hasta el presente. Este sistema de serranías es uno de los lugares que resguarda una de las mayores expresiones de arte rupestre y diversidad ecológica en el mundo que, actualmente, es custodiada por múltiples grupos étnicos, campesinos e instituciones.
La serranía de la Lindosa es una zona biogeográfica con una enorme riqueza de plantas y animales. Esto se debe a que en ella, así como en otras serranías del Escudo guayanés, como la de Chiribiquete y la Macarena, confluyen tres grandes biomas: los bosques andinos, las sabanas orinoquenses y las selvas amazónicas, a las cuales se suma un cuarto bioma propio de las zonas rocosas o tepuyanas. Este sistema ha evolucionado desde hace más de 2,5 Millones de años sobre suelos sedimentarios, lo cual ha dado lugar a complejas interacciones entre ecosistemas hídricos, de tierra firme y de áreas rocosas que sustentan una alta biodiversidad. En ellos se ha desarrollado un sinnúmero de hábitats propios de sabanas, selvas y bosques, alternados con los entornos rocosos que cuentan con la presencia de endemismos o especies únicas. Estos espacios proveen un heterogéneo y diversificado mundo de nichos ecológicos que dan cuenta de la salud ambiental, al formar complejos paisajes de fauna y flora.
En la Reserva Forestal Protectora Nacional La Lindosa – Angosturas II, en la vereda de Nuevo Tolima, se está fortaleciendo en turismo de naturaleza. Este turismo tiene como objetivo intensificar acciones de sensibilización en los valores naturales y culturales presentes en el área protegida. En la superficie de algunas rocas que se encuentran en la reserva, coexisten las huellas de grupos humanos que poblaron la Amazonía e inscribieron, de manera reiterada, visiones propias de su historia. A través de la acción de pintar, estas sociedades construyeron vínculos con su pasado que perduran hasta nuestros días. A pesar de que desconocemos la identidad de los autores de las pinturas, en este lienzo se encuentran, de manera estratificada, los vestigios de procesos colectivos de recuerdo, reinterpretación y olvido de comunidades con siglos de memoria.
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