- La deforestación amazónica es un fenómeno complejo y debe ser trabajado de manera integral.
- Para alcanzar la meta de deforestación neta cero, se necesita del compromiso decidido y la participación de muchos actores territoriales.
- La degradación del bosque amazónico amenaza el clima global y la biodiversidad, por lo que su preservación es una responsabilidad compartida.
Noticia publicada por Visión Amazonía.
“La Amazonía es importante no solo por la parte antropológica, y su valor cultural, sino también por nuestra propia preservación”, con esta frase José Yunis Mebarak, coordinador general del programa Visión Amazonía, ilustra la importancia de cuidar y proteger un ecosistema crucial para Colombia y el mundo.
Y es que, precisamente, este tesoro natural es de vital importancia para la salud del planeta y la humanidad. Su vasta región alberga una biodiversidad única y desempeña un papel esencial en la captura de carbono y la producción de oxígeno, así como en las fuentes hídricas disponibles en el país. Además, es el hogar de 1.200.000 personas, de las cuales 120.000 a 150.000 son indígenas.
Entendiendo el fenómeno de la deforestación
La degradación de la Amazonía amenaza el clima global y la biodiversidad, por lo que su preservación es una responsabilidad compartida que incluye a gobiernos, comunidades, empresas, instituciones y cualquier actor que quiera sumarse a esta causa común.
Aquí es donde las cifras resultan importantes, ya que estas permiten entender las causas de la deforestación y su impacto:
– De 2014 a 2021, 150 veredas concentraban el 41, 2 % de la deforestación nacional, 121 están ubicadas en el bioma amazónico.
– De 2014 a 2021, 15 de los núcleos activos de deforestación concentraron el 82,7 % de la deforestación. 13 de ellos están la Amazonía.
– Desde 2001 a 2023, el promedio de la deforestación en Colombia ha sido de 150.000 hectáreas por año. En la Amazonía, los esfuerzos gubernamentales y de cooperación internacional han permitido que la tasa baje a las 71.185 en el año 2022.
“En materia de deforestación acumulada (2000-2022), ya son 1´929.470 hectáreas de la Amazonía que están tumbadas, de las 40 que tenemos. El bosque talado que se pierde, no se puede recuperar”, comenta el coordinador general de Visión Amazonía.
Aunque las causas de la deforestación en la Amazonía colombiana son diversas, siendo algunas de estas las malas prácticas de ganadería extensiva, los cultivos ilícitos, la extracción ilícita de minerales, la expansión de infraestructura vial sin licencia ambiental y la expansión de la frontera agrícola en áreas no permitidas, resulta más que claro que la degradación del bosque halla su principal razón en la praderización orientada al acaparamiento de tierras.
En este sentido, Visión Amazonía ha podido identificar los diferentes factores de riesgo para la degradación ambiental del bosque y actuar en consecuencia.
Un plan de trabajo dimensionable, medible y ejecutable
Antes de 2016, año en que Visión Amazonía llegó al territorio, las iniciativas de tipo ambiental se enfrentaban a diferentes obstáculos: “No conocíamos el bosque, no teníamos un modelo forestal desarrollado, ni hay planes de ordenación forestal, teníamos un conocimiento insuficiente de este. Tampoco teníamos educación, ni teníamos control y vigilancia, no había conocimientos de incentivos técnicos”, aseguró Yunis.
En este entorno se dio el nacimiento de Visión Amazonía que, desde un inicio, concibió que “la Amazonía es un territorio forestal y, como tal, su desarrollo debería ser forestal”.
El tránsito a un modelo de desarrollo forestal sostenible tomó fuerza buscando siempre la reducción de la deforestación a través de la competitividad y la sostenibilidad, aprovechando sus factores culturales y biológicos diferenciadores y mejorando las condiciones de vida de los pobladores locales.
Un plan estructurado y organizado en 5 pilares:
- Gobernanza Forestal.
- Planificación y Desarrollo Sectorial Sostenible.
- Desarrollo Rural Integral.
- Gobernanza Ambiental con Pueblos Indígenas.
- Condiciones Habilitantes.
Es así como, a corte de junio de 2023, el programa cerró la primera fase con 1.132.317 hectáreas en ordenación forestal, de las cuales 46.891 ya tienen planes de manejo forestal comunitario. Además, se vincularon 12.410 familias campesinas que firmaron acuerdos de conservación sobre 309.350 hectáreas y se estiman más de 25.000 familias indígenas cubiertas con la ejecución de 139 proyectos que alcanzaron el 70% de los territorios indígenas amazónicos.
Con la consigna de un marco conceptual claro y la promesa de articular y coordinar a las diferentes instituciones y las poblaciones locales de la mano de políticas sectoriales y más de 40 proyectos productivos que han permitido la generación de alternativas para el aprovechamiento del bioma forestal y el freno de la deforestación, se ha implementado este proyecto que busca preservar el pulmón del mundo.